La pista del material que se introduce de contrabando desde La Zona, lleva a Héctor Uría hasta Zoe y ésta, hasta Aurelio Barrero, el capo local que controla este negocio.
Además, los misteriosos asesinatos se siguen produciendo en el interior de La Zona, y poco a poco, vamos descubriendo que no son las únicas muertes que se producen dentro de ese perímetro en el que supuestamente la entrada está estrictamente prohibida.
Julia, la médico militar encargada del control de los niveles de radiación en la población y novia de Héctor, teme por la vuelta de Marta, la exmujer de éste, otro elemento más de un pasado que parece que nunca se acaba de enterrar.